Con la llegada de la primavera la huerta se llenó de color y vida. Acelgas, ajos, morrones y romero para condimentar y preparar los alimentos que se consumen en la Escuela todos los días en el almuerzo.
Aprender a trabajar en equipo en una tarea cuyos resultados son tangibles, brindando un conocimiento práctico para llevar adelante y a la práctica lo que se aprende en el aula acerca de la biología y la naturaleza es para el niño un trabajo realmente enriquecedor donde con sus manos crea, cuida y respeta a la naturaleza.
Fomentar la aplicación de lo aprendido en los hogares, donde el niño se transforma en agente multiplicador con su familia, trabajando un mundo mejor y en el entrono de la sostenibilidad.
Este tipo de actividad puede ser para el niño una salida laboral cuando cumpla la mayoría de edad, así también se educa para la vida con su propia huerta orgánica.
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